Antes de embarcarte en el viaje de la maternidad, seguro que te imaginabas cómo sería tu día a día con tu bebé: pañales, tomas, dormir menos…
Y puede ser que la realidad sea como la imaginaste o que no tenga nada que ver. Sea como sea, algo que ha cambiado es que todo lo que estás viviendo es algo nuevo para ti, y puede producirte estrés.
El estrés, por definición, es la respuesta del cuerpo a una presión (física, emocional o mental), lo que provoca en nuestro cuerpo aumento de la presión arterial, cambios en la concentración de azúcar en sangre y en el ritmo cardíaco. Todo ello nos lleva a sentirnos frustradas, tristes y enfadadas.
A veces nos sentimos solas, sobrepasadas por la situación y eso nos lleva a pensar que no somos buenas mamás o que estamos haciendo algo mal. Para que no llegues a ese pensamiento, o lo descartes si te encuentras en él, te recomiendo comenzar con el mindfulness.
El mindfulness nos permite dejar a un lado pasado y futuro, para centrarnos en el presente. Es una práctica budista que consiste en estar en presencia, en darnos cuenta de las cosas que están sucediendo aquí y ahora. Normalmente tenemos mil cosas en la mente: mientras hacemos la cena, pensamos en todas las cosas que tenemos que hacer al día siguiente, conduciendo solemos recordar aquello que tenemos que comprar, en la ducha nos asaltan mil pensamientos… Y así es casi siempre. Pero, ¿cuándo estamos en el momento presente? Imagina: cuando estés conduciendo, sólo conduce, sin pensamientos que te lleven a otras acciones, sin moverte del ahora.
Te voy a dar algunas pautas para que puedas empezar, si quieres, con el mindfulness:
- Para empezar, necesitarás 5 minutos de tu tiempo
- Quita cualquier distracción (móviles, televisión…)
- Siéntate en una posición cómoda, puedes ponerte música relajada, cerrar si quieres los ojos
- Durante unos 5 minutos, ten la mente en descanso, imagina que acabas de terminar una tarea larga y difícil, ¿cómo te sentirías? Si te viene un pensamiento a la mente, déjalo pasar, no te quedes con él. No se trata de poner la mente en blanco sino de observar los pensamientos sin entrar en ellos.
- Pasados esos 5 minutos puedes preguntarte, ¿qué me ha aportado este ejercicio?, ¿cómo me he sentido? Aquí no hay respuesta correcta o incorrecta, puedes haber percibido muchos pensamientos y sensaciones o ninguno.
Durante esta práctica serás consciente de que, mientras practicas mindfulness, el estrés desaparece. Esta es una práctica muy sencilla que, aunque requiere algo de práctica para hacerla parte de tu rutina, no necesitas nada especial para empezar con ella.
¿Te animas?