Saber escuchar a nuestros hijos no es solo oír lo que nos dicen

El otro día estaba en la cocina preparando la cena mientras mi hija mayor me contaba como había sido su día. En un momento se calló, me miró muy seria y me dijo “mamá, no me estás escuchando”. Yo la dije que sí y repetí lo que me había contado… Ella me miró, sin decirme nada y vi en su cara que en ese momento ella no necesitaba que yo oyera su día sino que necesitaba que escuchara lo que tenía que contarme. Saber escuchar a nuestros hijos no es únicamente oír lo que nos están diciendo mientras hacemos otras dos cosas más. Los niños necesitan sentir que son escuchados y para eso necesitan que todos nuestros sentidos estén concentrados en ellos. 

Saber escuchar es un verdadero arte porque necesitas transmitir a la otra persona el interés por aquello que te está contando. Los niños son unos verdaderos maestros de la interpretación y por eso es tan necesario que tengamos una escucha activa con ellos. Seguramente sean muchas las veces que le has dicho a tu hijo: “¿Cuántas veces tengo que decirte las cosas?, es que no me escuchas…” Los niños aprenden por imitación, si nosotros nos somos capaces de gestionar centrar nuestra atención en ellos cuando nos hablan será difícil que ellos aprendan a hacerlo. 

Cómo podemos conseguir una escucha activa

Las prisas y el volumen de responsabilidades diarias que tenemos hace que muchas veces no podamos dedicar todo el tiempo que nos gustaría a determinadas cosas. Pero no podemos olvidar que no hay nada en el mundo tan urgente de solucionar como para hacerlo dañando a los demás, y en especial a nuestros hijos. Cuando solo oímos lo que nos cuentan y no prestamos atención, los niños sienten que no nos importa lo que nos están contando y puede derivar en un “no le importo yo”. Recuerda que a pesar de que los niños son unos maestros de la percepción pero no lo son tanto de las interpretaciones que hacen. Para profundizar un poco más en este tema te recomiendo el post Qué es la lógica privada y cómo puede influir en la educación 

Cuando me di cuenta de que mi hija necesitaba toda mi atención, ¿sabes lo que hice? Hablar con ella y explicárselo… “Cariño, tienes razón, ahora mismo no puedo escucharte como me gustaría. ¿Te importa esperar a que termine y me lo cuentas mientras cenamos?”. Es preferible que pospongamos la conversación si en ese momento no vamos a saber escuchar a nuestro hijo. Para poder desarrollar una verdadera escucha activa:

  • Necesitamos comprender lo que nos están diciendo. En este sentido es importante que prestemos atención tanto a la comunicación verbal como a la comunicación no verbal, ya que será lo mejor forma de entender completamente el mensaje que nos quieren transmitir. 
  • Recordar lo que nos están contando. Si no somos capaces de retener los puntos claves de lo que nos están contando no estamos escuchando realmente. 
  • Es necesaria una respuesta por nuestra parte. En este punto las respuestas deben ser en torno a esos puntos claves del mensaje, de poco sirven los “a si”, “que bien”, “claro, claro…”

Qué beneficios aportar la escucha activa

Saber escuchar a nuestros hijos puede sernos de gran utilidad en la crianza ya que nos puede ofrecer muchas pistas sobre cómo están nuestros hijos, qué les pasa… Como hemos visto la comunicación no verbal juega un papel importante en esta escucha activa y si sabemos interpretar y trabajar con ella podremos incluso anticipar algún conflicto. Escuchar más allá de las palabras nos hará ver en el comportamiento de nuestro hijo una necesidad no cubierta, en instagram profundizamos sobre este tema en este POST.

Por otro lado, trabajar la escucha activa hace que sepamos que nuestros hijos han entendido el mensaje que les queremos transmitir. Muchas veces ese “¿es que no me escuchas?”, es real… Puede ocurrir que tu hijo no te haya escuchado o no haya entendido lo que quieres decirle. Como hemos visto para desarrollar una verdadera escucha activa es necesario tener respuesta de la persona con la que hablamos. Trabajemos con nuestros hijos esta forma de escuchar, acerquémonos a donde están para asegurarnos de que nos han oido y de que han entendido lo que queremos transmitirles. Incluso con los más pequeños es recomendable que ellos repitan el mensaje. 

Saber escuchar a nuestros hijos hará que ellos también aprendan a escuchar. Trabajar con ellos una escucha activa seguramente evitara algún que otro conflicto, principalmente los que se originan por una falta de comunicación.


Rosa Rasche, educadora en Disciplina Positiva para Familias, asesora de crianza respetuosa y autor del blog www.embarazoycrianza.com

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